Tienen aspecto de pequeñas redes de capilares muy finas, en forma de ovillos. Se suelen localizar principalmente en el área prepapilar y en los vasos principales de la retina.
Se generan por la estimulación de factores vasogénicos (factor de crecimiento endotelial vascular o VEGF) liberados por el epitelio pigmentario, secundario a la hipoxia retiniana como estrategia anómala de revascularización. Estos vasos son muy friables, por lo que pueden romperse y producir hemorragias.
Sus complicaciones más frecuentes son la hemorragia vítrea, el glaucoma neovascular y el desprendimiento traccional de retina.