La inercia terapéutica fue definida en el año 2001 por Lawrence S. Phillips (división de Endocrinología de la Emory University School of Medicine de Atlanta, EE. UU.) como «la falta de inicio o intensificación del tratamiento cuando está indicado». Aunque la definición de Phillips se centraba exclusivamente en los médicos, podría hacerse extensible a todos los profesionales sanitarios en sus respectivos ámbitos de actuación. Es decir, la inercia clínica se produce cuando los proveedores de atención de la salud reconocen el problema (objetivos de control no alcanzados), pero no actúan para iniciar o intensificar el tratamiento.
La inercia es de mayor relevancia en el caso de las enfermedades crónicas, donde el tiempo de evolución es largo y en muchas ocasiones la alteración de unparámetro no siempre se acompaña de síntomas. La inercia viene determinada por la necesidad de iniciar o modificar un tratamiento, lo que dependerá de los objetivos de control establecidos. Actualmente, se recomienda en la mayoría de los pacientes una hemoglobina glucosilada (HbA1c) < 7 %, una presión arterial (PA)< 140/90 mmHg y un colesterol ligado a lipoproteínas de baja densidad (c‑LDL) < 100 mg/dl2 .
En este suplemento se tratan de forma exhaustiva todos los temas relacionados con la inercia terapeútica:
- Beneficios del tratamiento de la diabetes 2
- Inercia frente a sobretratamiento:la necesidad de individualización de los objetivos
- Grado de control de los pacientes con Diabetes tipo 2 en la práctica clínica
- Inercia terapéutica como causa de mal control glucémico
- Inercia y retardo en la insulinización
- La interrelación entre la falta de adherencia del paciente y la inercia terapéutica
- Causas de la inercia
Finalmente las Intervenciones para reducir la inercia y las recomendaciones prácticas para reducir la inercia clínica