Elena Artal Traveria , Gemma Martín Ezquerra
La diabetes mellitus (DM) afecta a numerosos órganos y sistemas, entre ellos la piel. Entre un 30-70 % de pacientes con diabetes presentan algún tipo de alteración cutánea . Son numerosas las manifestaciones clínicas dermatológicas de la DM, muchas de ellas inespecíficas, como la presencia de picor, piel seca o infecciones superficiales. Otras sin embargo, son tan sugestivas, que debemos realizar pruebas complementarias para el cribado de la enfermedad en el momento que las diagnostiquemos, como la necrobiosis lipoidea (NL).
Asimismo, la observación de la evolución de determinadas dermatosis nos predecirá el control metabólico de la enfermedad.
Las lesiones en piel más frecuentes son las dermatofitosis ( onicomicosis o tinea pedis), seguida de la xerosis o el picor.
La piel se ve afectada en la DM por los distintos mecanismos que contribuyen a la enfermedad y a sus complicaciones. Parece que el control de la glucemia se correlaciona con la presencia de dermatosis .
Existen estudios que describen una afectación epidérmica directa por la hiperglucemia, que ocasiona disminución de síntesis lipídica y de péptidos antimicrobianos, lo que se ha implicado en la xerosis y aumento de infecciones cutáneas en estos enfermos.
La piel se debe inspeccionar de forma rutinaria en nuestros enfermos.
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